“La respuesta es simple”, dijo el funcionario. “No hubo ninguno. Punto final”.
El soldado King, de 23 años, había sido asignado a Corea del Sur como miembro del Equipo de Combate de la Primera Brigada, Primera División Blindada. Después de ser liberado en julio de un centro de detención de Corea del Sur, donde había pasado un tiempo acusado de agresión, fue escoltado por personal militar estadounidense al Aeropuerto Internacional de Incheon, en las afueras de Seúl, para abordar un avión con destino a Estados Unidos, donde se esperaba que enfrentara más acción disciplinaria.
Nunca abordó el avión. En cambio, huyó hacia el Norte a través de la Zona Desmilitarizada, que separa Corea del Norte y Corea del Sur, y al día siguiente tomó un autobús hasta la aldea fronteriza de Panmunjom, que se encuentra dentro de la DMZ y permite la visita de turistas.
El soldado “cruzó voluntariamente y sin autorización la Línea de Demarcación Militar hacia la República Popular Democrática de Corea”, dijo en ese momento el coronel Isaac Taylor, oficial de asuntos públicos de las Fuerzas Estadounidenses en Corea.
Los funcionarios estadounidenses ofrecieron pocos detalles de lo que dijeron era una “operación verdaderamente compleja” para recuperar al soldado King de uno de los países más aislados del mundo. Dijeron que la clave era el gobierno de Suecia, que sirve como la llamada potencia protectora, o intermediario diplomático, de Estados Unidos en Corea del Norte.
Los funcionarios dijeron que Estados Unidos se había enterado por Suecia hace varias semanas de que los norcoreanos habían decidido expulsar al soldado King en un futuro próximo. Eso inició un período de negociaciones indirectas pero intensas entre Estados Unidos y Corea del Norte, y discusiones directas con China.