El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no logró cumplir su promesa de campaña de finalizar la guerra en Ucrania en sus primeras 24 horas en el cargo. A pesar de haber asegurado repetidamente que resolvería el conflicto rápidamente, el plazo autoimpuesto por el mandatario se agotó sin avances significativos.
Keith Kellogg, enviado especial de Trump para Ucrania y Rusia, solicitó 100 días para negociar un acuerdo de paz, destacando la complejidad del conflicto. En declaraciones a Fox News, subrayó que alcanzar una solución requiere tiempo y concesiones por ambas partes.
El conflicto, iniciado en febrero de 2022 tras la invasión rusa, no fue mencionado durante las ceremonias de investidura de Trump. Sin embargo, se espera que el presidente sostenga una conversación con su homólogo ruso, Vladímir Putin, aunque aún no se han revelado detalles.
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El enfoque de Trump contrasta con el de su predecesor, Joe Biden, quien apoyó a Ucrania con el envío de armamento. El nuevo secretario de Estado, Marco Rubio, destacó que restaurar las fronteras previas a la invasión “no es realista” y abogó por una tregua que implique concesiones mutuas.
La promesa incumplida genera incertidumbre sobre la política exterior de Trump frente a uno de los conflictos más complejos de la última década.
Trump y la guerra en Ucrania
La postura de Donald Trump respecto a la guerra en Ucrania ha sido objeto de análisis y debate desde su campaña electoral hasta su reciente asunción como presidente de Estados Unidos.
Durante su campaña, Trump afirmó que podría poner fin al conflicto en Ucrania en un solo día, basándose en su conocimiento de los líderes involucrados, Volodímir Zelenski y Vladímir Putin.
Sin embargo, tras asumir la presidencia, Trump no logró cumplir con esta promesa en las primeras 24 horas de su mandato.
En cuanto a la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania, Trump ha mostrado escepticismo, sugiriendo que Europa debería asumir una mayor responsabilidad en el apoyo financiero y militar a Kiev. Esta postura marca un contraste con la administración anterior, que proporcionó asistencia significativa a Ucrania en su defensa contra la agresión rusa.
La relación de Trump con Vladímir Putin también ha sido un factor influyente en su enfoque hacia la guerra en Ucrania.
Aunque ha criticado a Putin por «destruir Rusia» con la continuación del conflicto, instándolo a llegar a un acuerdo, Trump ha expresado admiración por el líder ruso en ocasiones anteriores, calificándolo de «inteligente» y elogiando sus esfuerzos por hacer «su país más grande».
En el ámbito diplomático, Serbia se ha ofrecido como sede para una posible reunión entre Trump y Putin, destacando su posición neutral y garantizando seguridad para ambos líderes. Esta iniciativa busca facilitar un diálogo directo que conduzca al fin del conflicto en Ucrania.
La comunidad internacional observa con cautela las acciones de Trump, ya que su enfoque hacia la guerra en Ucrania podría implicar cambios significativos en la política exterior de Estados Unidos y en las dinámicas geopolíticas globales.
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La promesa de resolver rápidamente el conflicto aún está por materializarse, y las estrategias adoptadas por la nueva administración serán determinantes en la búsqueda de una solución pacífica y duradera.
ORP