Y lo que sabemos es que, aunque a Trump le gusta presentarse como un populista, la ideología económica de derecha todavía prevalece entre los republicanos del Congreso, que están tan ansiosos como siempre por destruir efectivamente Obamacare. La semana pasada, el Comité de Estudio Republicano, que incluye a una mayoría de miembros republicanos de la Cámara de Representantes, publicó una propuesta de presupuesto que preparó muchas de las “reformas” de 2017 que habrían provocado que millones de estadounidenses perdieran la cobertura sanitaria. (También pidió recortes en el futuro en Seguridad Social y Medicare.)
Lo que encontré sorprendente sobre la propuesta de presupuesto fue cómo sus autores abordan el hecho de que ninguna de las funestas predicciones que hicieron los derechistas sobre Obamacare se ha hecho realidad. La respuesta es que simplemente fingen que las cosas malas que predijeron, que no sucedieron, sí sucedieron. Me llamó la atención, por ejemplo, la afirmación que Obamacare “intensificó drásticamente el aumento insostenible del gasto estadounidense en atención sanitaria”. De hecho, en 2010, el total de EE.UU. gasto en atención médica era el 17,2 por ciento del PIB. Para 2022, esa cifra había aumentado a… 17,3 por ciento del PIB.
Así que la realidad del éxito de Obamacare no disuadirá a los republicanos que quieren destruirlo. En todo caso, el éxito de la ley sólo aumenta su determinación de acabar con ella, porque demuestra que, contrariamente a su ideología, el gobierno en realidad puede mejorar la vida de los estadounidenses.
Y Trump estará de acuerdo –los incitará– porque mejorar la vida de los estadounidenses no es su objetivo principal.
En última instancia, a los derechistas les gustaría romper toda la red de seguridad de Estados Unidos. Pero probablemente empezarán con Obamacare; Si arrasan este año, no me sorprendería que el programa desaparezca efectivamente para 2026.