En el transcurso de la tarde del 29 de agosto, una ola de violencia azotó con gran fuerza en Culiacán, Sinaloa, durante enfrentamientos entre presuntos miembros del crimen organizado y el Ejército mexicano, donde se presenciaron bloqueos, incendios de vehículos y persecuciones.
Tras este contexto violento que aterrorizó a los ciudadanos y ciudadanas, el gobernador Rubén Rocha Moya aseguró que todo está bien.
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“Está tranquilo, está tranquilo Sinaloa (…) Fue un incidente, pero no tiene más consecuencias”, aseveró cuando llegó este 30 de agosto al Palacio Nacional.
Ante esto, surgieron críticas hacia el mandatario, quien fue acusado de minimizar los hechos de extrema violencia en la capital sinaloense.
Entre sus palabras, Rocha Moya explicó que los actos delictivos iniciaron debido a que una patrulla militar se encontró con una camioneta de gente armada… “eso fue, pero no hay nada”, dijo.
“Ayer hubo un incidente que ya expliqué en mis redes sociales y hay hipersensibilidad y luego pasa… pero ahorita hay tranquilidad, no tenemos problema”.
¿QUÉ SUCEDIÓ EL 29 DE AGOSTO EN SINALOA?
En primera instancia, se informó que elementos de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) incursionó en el poblado de Paredones, ubicado en la sindicatura de Jesús María, al norte de Culiacán, lo que desató un tiroteo entre civiles armados y el Ejército.
Posteriormente, se inició una persecución que alertó a la población, quienes realizaron llamadas de emergencia a las autoridades.
Entre los enfrentamientos, se reportó un vehículo militar volcado.
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Mientras que medios locales reportan que delincuentes quemaron autobuses y camionetas de reparto, a su vez personal de la Sedena repelía las agresiones.
Estos sucesos coinciden con la emisión de un comunicado de la Fiscalía General de la República (FGR) que liga a Ovidio Guzmán con la detención de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, ocurrida hace un mes.
Con información de VANGUARDIA MX | Karla Velázquez