Una pieza del patrimonio mexicano que estuvo a punto de ser subastada en España hace seis años por aproximadamente 113.000 dólares está de regreso a México.
Aunque el fragmento del Códice de Tlaquiltenango fue retirado de la subasta por la Guardia Civil española en 2017, hubo que esperar hasta el mes pasado para que el sistema de justicia español se pronunciara a favor de devolverlo a México.
“Este gesto refuerza los lazos entre ambos países y subraya el compromiso compartido con la preservación del patrimonio cultural”. afirmó el gobierno mexicano en un comunicado de prensa la semana pasada.
La devolución de la pieza es una muestra más del compromiso de México con la recuperación y prevención del tráfico ilícito de sus bienes culturales. Gracias a la campaña #MiPatrimonioNoSeVende se han recuperado más de 13,000 piezas culturales de todo el mundo durante la administración del presidente López Obrador.
El último fragmento devuelto, recibido el 30 de noviembre en España por el embajador de México y ex gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, es parte del Códice de Tlaquiltenango, un conjunto de documentos en su mayoría pictográficos que datan aproximadamente de 1525 a 1569.
Los documentos fueron pintados papel de corteza de amate y fueron descubiertos en 1909 dentro de los muros del Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán, que ahora tiene 430 años de antigüedad, en Tlaquiltenango, Morelos. En el siglo XVI, Tlaquiltenango era una ciudad importante de la nación Tlahuica, cuya capital era Cuauhnahuac (hoy Cuernavaca).
Aunque se desconoce el tamaño del códice completo, se estima que existen 345 fragmentos, de los cuales 207 permanecen tras los muros del convento.
El fragmento devuelto por España mide 35 cm por 20 cm y está muy dañado, aunque todavía muestra vagamente lo que parece ser una lista de homenajes e intercambios.
Estos códices estaban adosados “sin un orden preestablecido” a los frisos del claustro bajo del convento cuando estaba habitado por frailes franciscanos, según Laura Elena Hinojosa del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
A principios del siglo XX, “el dueño del terreno, Juan Reyna, los sacó con la ayuda de [an] Arqueólogo estadounidense del Museo de Historia Natural de Nueva York”, anotó Hinojosa, “y entre ambos vendieron casi todos los fragmentos” a ese museo.
El Museo de Historia Natural de Nueva York supuestamente tiene 132 fragmentos adicionales, y hay seis dentro del ámbito de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia de México.
Además del fragmento del códice, México también recibió la semana pasada tres piezas arqueológicas de manos de una ciudadana española, Carmen Celda, quien las tenía en su colección privada. Se cree que las estatuillas provienen de la zona de Nayarit, en la costa del Pacífico.