Ciudad de México. El aumento del ruido político antes de las elecciones de junio de 2024 es predecible, pero “desde la perspectiva de los inversionistas”, los puntos clave a tomar en cuenta son el papel del Estado y la inversión privada en el sector energético, la composición del Congreso sin Andrés Manuel López Obrador en la boleta y la forma en que la próxima administración abordará los desafíos de la consolidación fiscal, destacó UBS.
En este último punto se encuentra el principal riesgo para el primer año de la próxima administración. “Incluso, si el gasto gubernamental en infraestructura disminuye una vez finalizados los proyectos emblemáticos, será difícil ajustar a la baja otros gastos, especialmente aquellos vinculados a compromisos sociales y políticos. Además, hay evidencia empírica de una desaceleración económica que se produce en el primer año de una nueva administración, lo que podría dificultar la recaudación de ingresos en 2025”, enfatizó el banco de inversión.
En un informe distribuido entre inversionistas, UBS destacó que al margen de la elección presidencial, en la que Claudia Sheinbaum tiene una ventaja de 18 puntos porcentuales sobre Xóchitl Gálvez –de acuerdo con una encuesta consignada por el banco de inversión–, el mercado estará atento a la composición del Congreso, donde “podría ser un desafío para Morena alcanzar la mayoría calificada” sin el actual presidente en la boleta, comentó el banco.
UBS recalcó que el tema fiscal es el primero que emergerá en la próxima administración. “El presupuesto de 2024 refleja la realidad política de un año electoral”, al haberse aprobado una expansión del déficit público a 5.4 por ciento del PIB. Si bien la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha proyectado que inmediatamente en 2025 éste se reducirá al concluirse los proyectos de infraestructura de este gobierno, el banco pone en duda estos cálculos.
“La capacidad de cumplir este compromiso parece limitada dada la presión de gasto sobre el gobierno entrante. Gran parte del aumento del gasto corriente el próximo año estará impulsado por salarios, pensiones y programas sociales. (…) Creemos que la próxima administración probablemente enfrentará desafíos fiscales, incluida la necesidad de una reforma tributaria y una solución a largo plazo al lastre fiscal que presenta la petrolera estatal Pemex”, subrayó UBS.
Crecimiento desafía pronósticos más optimistas
UBS se unió a otras voces con peso internacional que se han pronunciado sobre el avance que ha registrado la economía mexicana a lo largo de 2023, cuyo avance no sólo superó las expectativas medianas que el mercado tenía a inicios de año, de uno por ciento, “incluso desafió los pronósticos más optimistas” de ese momento, acotó el banco de inversión. Espera que en este periodo se registre “un impresionante crecimiento” de 3.3 por ciento.
“Curiosamente, la fortaleza de la economía de México es ahora un reflejo del dinamismo dentro de sus propias fronteras, liderado por el consumo y la inversión privados. El impulso positivo del consumo privado parece estar asociado con un mercado laboral sólido que muestra una tasa de desempleo en mínimos históricos, un sólido crédito al consumo y transferencias gubernamentales”, explicó al respecto.
Para 2024 se espera que el avance sea menor, 2.2 por ciento, debido a que también se espera una desaceleración en Estados Unidos. “Sin embargo, creemos que la economía de México debería demostrar más resiliencia esta vez, ya que la demanda interna parece ser la fuente dominante de crecimiento”, acotó.
De cara al cambio de administración, “una indicación clara por parte del presidente entrante de que el país da la bienvenida a los negocios, junto con una promesa de otorgar permisos acelerados y condiciones regulatorias equitativas, podría atraer significativamente el interés del sector privado y mejorar aún más los argumentos de inversión de México”, enfatizó la institución financiera.