Un 23 de noviembre, pero de 1973, una terrible cirrosis puso fin a la agonía del ídolo de la canción ranchera José Alfredo Jiménez, quien había desarrollado dicha enfermedad desde años atrás. Este fallecimiento marcaría a la escena musical de México permanentemente, ya que el cantante dejó una herencia cultural invaluable en el corazón de muchos.
Este aniversario luctuoso ha significado una oportunidad para repasar la vida del cantautor; originario de Dolores, Hidalgo (1926), y proveniente de una familia trabajadora, el “Hijo del pueblo” tuvo que desempeñar varios oficios antes de alcanzar la fama con sus temas.
Una vez establecido en Ciudad de México, empezó a trabajar en un restaurante llamado “La Sirena” en el cual conoció a Andrés Huesca, arpista y cantante que grabó los dos primeros temas del Jiménez. Con este material, se dio a conocer en la XEX-AM, haciendo su primera presentación radiofónica en 1948.
Posterior a este primer paso, su música llegaría a oídos de Jorge Negrete, quien grabó su versión de “Paloma Querida”, catapultando a Jiménez como compositor ante todo México. Sin embargo, este exponente de la música no sólo hacía canciones, sino que participó como actor en diferentes producciones cinematográficas.
Entre las películas que destacan por incluir al reconocido músico se encuentran “Escuela para solteras”, “Ahí viene Martín Corona” y “Juana Gallo”, proyectos en los que pudo coincidir con íconos del cine mexicano como Pedro Infante o María Félix.
Las canciones más emblemáticas del intérprete se encuentran “Llegó borracho el borracho”, “Que te vaya bonito”, “Camino de Guanajuato”, siendo la más reconocida “El Rey”, tema que le valió su apodo característico.
LA INFLUENCIA DE ‘EL REY’ A DÍA DE HOY
Este artista dejó impregnada en la cultura mexicana el estereotipo del “macho”, vestido con sombrero, montando un caballo y pasando la vida en las cantinas con el fin de olvidar algún amor. Esta visión caracterizó al país por mucho tiempo, siendo así que incluso en la actualidad persiste dicha representación en el imaginario.
Su legado musical ha incentivado a infinidad de artistas de la música ranchera, quienes han versionado las canciones más emblemáticas. Así mismo, su producción puede ser accesible a través de las plataformas actuales de distribución de música.
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La obra de José Alfredo Jiménez ha prevalecido gracias al gusto de la gente, la relevancia de sus letras, además de los mariachis y cantinas que ambientan bailes, fiestas y calles con la música inmortal del “Rey” de la ranchera.