El mes pasado estuve en Berlín en un barrio con una fuerte influencia de Oriente Medio, el orgulloso barrio obrero de Wedding. Cada vez que salía de casa, me enfrentaba a un recordatorio constante de México. Un olor familiar e inquietante me hacía señas en cada esquina. Mientras caminaba por las calles limpias y ordenadas de la capital de Alemania, estos trozos de carne en capas de 20 kilos, giratorios y asados verticalmente, eran un recordatorio de la legendaria trompos de taquerías en todo México. Después de pasar unos años en Veracruz, este fue un espectáculo acogedor y reconfortante para la vista.
En el vibrante tapiz de la cocina mexicana, se teje un sorprendente hilo de tradición culinaria alemana, introduciendo sabores y técnicas que se han fusionado sutilmente con la rica herencia culinaria de México. Esta mezcla de culturas es similar a una colcha cuidadosamente tejida, donde las distintas notas de la influencia alemana se mezclan con los sabores atrevidos y complejos de los platos mexicanos.
Carne, queso y cerveza unen a México y Alemania
Primero, hablemos de tacos al pastor, un platillo que es prácticamente sinónimo de comida callejera mexicana. Aquí está el giro: el método de cocinar carne en un asador vertical no es originalmente mexicano. Es una importación culinaria, adaptada de inmigrantes libaneses, a la que luego se le dio un cambio de imagen alemán. Los inmigrantes alemanes, que trajeron consigo su afición por la carne de cerdo, vieron la oportunidad de combinar sus propias técnicas de preparación de carne con este método, lo que dio como resultado el nacimiento de los tacos al pastor. Es un hermoso ejemplo de evolución culinaria, donde técnica y tradición se fusionan para crear algo singularmente delicioso. Los inmigrantes alemanes no sólo trajeron a México su habilidad para elaborar cerveza; prácticamente sentaron las bases para la floreciente industria cervecera de México. Introdujeron técnicas de elaboración de cerveza europeas, que cuando se combinaban con los ingredientes autóctonos de México producían cervezas refrescantes y exclusivamente mexicanas. Esta fusión de tradiciones cerveceras ha convertido a México en uno de los principales exportadores de cerveza del mundo, un testimonio del legado perdurable de la artesanía alemana y el ingenio mexicano.
El queso es otro ámbito donde la influencia alemana es inconfundible. El Comunidades menonitas en México, particularmente en Chihuahua, introdujo el queso menonita. También llamado queso Chihuahua, este queso, con su sabor suave y excelentes cualidades para derretirse, rápidamente se convirtió en un alimento básico en las cocinas mexicanas, lo que demuestra cómo las prácticas lecheras alemanas han enriquecido la cocina mexicana.
Cómo hacer “Rouladen a la Mexicana”
Con el espíritu de crear una mesa compartida, me gustaría ofrecer humildemente mi versión del clásico Rouladen alemán e infundirle algunas delicias mexicanas. Rouladen tradicionalmente consiste en finas rodajas de carne de res enrolladas alrededor de un relleno de tocino, cebolla, mostaza y pepinillos cocinados a la perfección. Aquí se explica cómo darle a este platillo un toque mexicano, creando “Rouladen a la Mexicana”.
Ingredientes:
- 4 rebanadas finas de carne de res (aproximadamente ¼ de pulgada de grosor), preferiblemente filete de falda por su sabor intenso
- 4 cucharadas de salsa de adobo (de chiles chipotles enlatados) como sustituto de la mostaza, agregando una profundidad ahumada
- 8 rebanadas de tocino
- 1 cebolla grande, finamente cortada
- 1 jalapeño, sin semillas y finamente picado (para quienes prefieren el picante)
- 4 jalapeños encurtidos, rebanados (haciendo eco del componente tradicional de encurtidos pero con un toque mexicano)
- 1 taza de queso chihuahua, rallado
- Sal y pimienta para probar
- 1 taza de caldo de res
- 1 taza de salsa de tomate (para introducir una base rica y picante)
- 1 cucharadita de comino
- 1 cucharadita de orégano mexicano
- Aceite de oliva para dorar
- Cilantro fresco, picado (para decorar)
- Gajos de lima (para servir)
Instrucciones:
Prepare la carne: coloque las rebanadas de carne. Sazone ambos lados con sal y pimienta. Unte una cucharada de salsa de adobo encima de cada rebanada. En cada rebanada de carne, coloque dos rebanadas de tocino, una pizca de cebolla en rodajas, unos trozos de jalapeño, jalapeños en escabeche y una cantidad generosa de queso chihuahua. : Enrolle bien cada rebanada de carne alrededor del relleno. Asegúrelo con palillos o hilo de cocina para evitar que se deshagan.
Calienta el aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio-alto. Dorar el rollito por todos lados hasta que esté bien dorado. Esto no solo agrega sabor sino que también ayuda a sellar los jugos. Retire el rollito de la sartén. En la misma sartén, agregue las cebollas y los jalapeños restantes y saltee hasta que estén suaves. Vierta el caldo de res y la salsa de tomate, luego agregue el comino y el orégano mexicano, revolviendo para combinar. Regrese el rollito a la sartén y vierta la salsa sobre él. Tape y cocine a fuego lento durante 1 hora o hasta que la carne esté tierna. El proceso de cocción lenta fusiona los sabores y ablanda la carne, un sello distintivo de las tradiciones culinarias alemanas y mexicanas.
Retire los palillos o el cordel. Sirva el rouladen con una pizca de cilantro fresco y rodajas de lima a un lado. La acidez de la lima ilumina el plato, añadiendo una capa de frescura.
“Rouladen a la Mexicana” combina la esencia abundante y reconfortante de la cocina alemana con los sabores vibrantes y atrevidos de México, creando un plato que es a la vez familiar y emocionantemente nuevo. Disfrute de este banquete de fusión que celebra las tradiciones culinarias de dos culturas reunidas en un solo plato.
Stephen Randall ha vivido en México desde 2018 a través de Kentucky, y antes de eso, Alemania. Es un chef aficionado entusiasta que se inspira en muchas cocinas diferentes, entre las que se incluyen la mexicana y la mediterránea.