La meta de brindar atención sanitaria de calidad, asequible y accesible está estancada de forma alarmante, advierte un nuevo informe publicado en vísperas de la Reunión de Alto Nivel sobre la Cobertura Universal de Salud, que se celebrará en el marco del Debate de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU.
El estudio conjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial plantea una cruda realidad en la que más de la mitad de la población mundial aún no está cubierta por servicios de salud esenciales y dos mil millones de personas enfrentan graves dificultades financieras cuando pagan de su bolsillo los servicios e insumos que necesitan.
La pandemia mostró la insuficiencia de los sistemas sanitarios
En la conferencia de prensa de presentación del informe, el director general adjunto de la OMS, Bruce Aylward, afirmó que la pandemia de COVID-19 sólo demostró “los problemas e insuficiencia, así como la fragmentación de los sistemas de salud en el mundo.
También explicó que de 2000 a 2015 se hicieron progresos significativos en el sector a nivel mundial, pero agregó que desde entonces el ritmo de los avances se ralentizó para estancarse a partir de 2019.
Aylward se refirió con alarma al aumento de enfermedades prevenibles y subrayó que las deficiencias y carencias de los sistemas sanitarios no son privativas de los países en desarrollo sino que alcanzan también a las naciones industrializadas.
Invertir en servicios de salud básicos
Frente este panorama, el director global del Banco Mundial para Salud, Nutrición y Población, Juan Pablo Uribe, también presente en la divulgación del informe, urgió a invertir de inmediato en el rubro sanitario, enfatizando la necesidad de contar con servicios básicos de salud para todas las personas.
No contar con ellos pone en riesgo la vida de la gente y la estabilidad de las comunidades, sociedades y economías, recalcaron los ponentes.
Según el informe, en las últimas dos décadas, menos de un tercio de los países ha mejorado la cobertura de los servicios de salud y ha reducido el oneroso gasto que deben hacer quienes no tienen esos servicios.
La OMS y el Banco Mundial recordaron que la cobertura de salud es fundamental para combatir la pobreza y llamaron a priorizar ese apartado en los presupuestos gubernamentales para lograr una mayor equidad tanto en la prestación de servicios de salud esenciales de calidad como en la protección financiera de la población.
1300 personas empujadas a la pobreza por gastos médicos
El informe detalla que desde 2019 la atención a las enfermedades infecciosas y las no transmisibles, así como los servicios de salud reproductiva, materna, neonatal e infantil se empantanaron.
Asimismo aclara que estas cifras todavía no reflejan los posibles impactos a largo plazo de la pandemia de COVID-19.
Con respecto al gasto que deben hacer quienes no tienen cobertura médica, indica que cerca de 1300 millones de personas se vieron empujadas a la pobreza, o a una pobreza más aguda cuando ya eran pobres, a causa de esos desembolsos. Entre esas personas se cuentan 300 millones de personas que ya vivían en la pobreza extrema.
Los organismos del Sistema de la ONU apuntaron que muchas veces las familias deben elegir entre pagar una visita al médico, comprar comida y agua o enviar a sus hijos a la escuela.
“Para abordar este problema se necesitan políticas progresivas de financiación de la salud que eximan a quienes tienen una capacidad limitada para pagar los servicios de salud”, abundaron.
Lograr la cobertura universal de salud
La OMS y el Banco Mundial hicieron énfasis en la importancia crucial de lograr la cobertura universal de salud para 2030 con el fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y hacer realidad el derecho humano a la salud.
En este renglón, reiteraron que es imperativo que el sector público y los socios para el desarrollo inviertan sustancialmente en el rubro sanitario para contrarrestar el impacto de la pandemia en los sistemas de salud y el personal sanitario a nivel mundial, y para encarar los nuevos desafíos que plantean las tendencias macroeconómicas, climáticas, demográficas y políticas que amenazan los avances en salud logrados con gran esfuerzo.
El estudio especifica que se debe reorientar a los sistemas de sanidad hacia la atención primaria de salud, promover la equidad en el acceso a la atención médica y la protección financiera, e invertir en sistemas sólidos de información de salud.