En las últimas elecciones presidenciales, en 2018, parte de la oposición, incluida la Sra. Machado, boicoteado el voto. Como miembro de un partido político de oposición, Primero Justicia, yo también decidí no votar. Pero ahora, después de casi seis años más de consolidación autoritaria, creo que esa estrategia fue un error. Pedirle a la gente que se quede en casa es caer en la trampa de Maduro.
Para ser claros, las elecciones presidenciales de 2024 no serán un momento de celebración de la democracia: las condiciones para elecciones libres y justas aún no están dadas y, francamente, es posible que nunca las haya. No obstante, si la oposición participa y los venezolanos votan en gran número, Maduro puede perder.
Algunos se preguntan si el régimen permitirá siquiera que se cuenten los votos el próximo año. Pero ante una monumental crisis social y económica, la élite chavista necesitará ofrecer a los venezolanos una historia que pueda otorgarles legitimidad interna, y que sólo puede surgir de las elecciones. Como ocurre con otros autoritarios del mundo, su mayor argumento de venta es afirmar que cuentan con el apoyo del pueblo. Pero la verdad es que su base continúa reduciéndose dramáticamente: hoy el índice de aprobación de Maduro es del 29 por ciento, según una investigación de Consultores 21, una firma consultora con sede en Caracas.
Una victoria aplastante de la oposición es la mejor protección contra las trampas. Hay un ejemplo reciente de esto en Venezuela. Hace un año, en una elección regional en Barinas, el lugar de nacimiento de Chávez, el partido gobernante perdió por un margen considerable, a pesar de utilizarlo todo en su artillería de argucias. Aunque se trataba de una elección regional y el poder presidencial no estaba en juego, la experiencia vivida en el estado, combinada con los acontecimientos del mes pasado, ofrece un camino para recuperar la democracia en 2024.
El punto de partida es que la oposición debe adoptar una estrategia realista que ponga al frente y al centro la participación del pueblo venezolano. En Barinas, el oficialismo intentó presionar a la oposición para que boicoteara las elecciones mediante invalidar ilegalmente un primer conjunto de resultados y prohibir la presentación de varios candidatos. Sin embargo, la oposición se mantuvo unida y mantuvo su compromiso de participar, a pesar de las injusticias.