En un duelo divisional cargado de emociones, los Ravens de Baltimore se impusieron 28-14 a los Steelers de Pittsburgh, manteniendo el control del juego desde el primer cuarto y dejando claro quién manda en la AFC Norte.
Isaiah Likely protagonizó un momento que reflejó la actitud de los Ravens durante todo el partido. Tras no salir del campo para detener el reloj y optar por enfrentarse a Minkah Fitzpatrick, el jugador mostró su frustración golpeándose el casco. Sin embargo, esa determinación por mantenerse enfocado y no cometer errores fue clave para evitar que Pittsburgh tuviera la mínima oportunidad de regresar al encuentro.
En la jugada siguiente, Lamar Jackson extendió la acción con su ya característica movilidad. Salió de la bolsa de protección, evadió a la defensa durante varios segundos y, cuando parecía que no quedaba tiempo, conectó un pase a Justice Hill, quien recorrió las últimas yardas para llegar a la zona de anotación.
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La primera mitad fue un dominio absoluto de los Ravens. La defensa de los Steelers, conocida como la “Cortina de Acero”, no encontró respuesta al ataque terrestre liderado por Derrick Henry y la movilidad de Jackson. La ofensiva de Pittsburgh, liderada por un inconsistente Russell Wilson, tampoco logró generar peligro, dejando escapar la oportunidad de equilibrar el marcador.
En el tercer cuarto, Wilson logró conectar con Van Jefferson para los primeros puntos de los Steelers, pero una carrera de 44 yardas de Derrick Henry devolvió la ventaja a los Ravens. Aunque Pittsburgh intentó reaccionar en el último cuarto con un pase de 34 yardas a George Pickens que terminó en anotación, Baltimore respondió en los momentos clave para sellar la victoria.
Esta derrota marca un nuevo capítulo en la sequía de Pittsburgh en los Playoffs, quienes no logran superar la primera ronda desde la temporada 2017-2018. Desde entonces, los Steelers han caído ante equipos como Browns, Chiefs y Bills, y hoy suman un nuevo revés que cuestiona su capacidad para competir en partidos decisivos.
Con este resultado, Baltimore reafirma su dominio en la división, mientras que Pittsburgh tendrá que replantear su estrategia si quiere volver a ser un contendiente serio en la postemporada.
