Por qué es importante: Alivio para los fabricantes de automóviles que enfrentaban aranceles.
La propuesta prevé un retraso de tres años en la norma comercial y representa un gran respiro para muchos fabricantes de automóviles, especialmente aquellos con plantas en Gran Bretaña. El ochenta por ciento de los automóviles fabricados en Gran Bretaña se exportan, y el 60 por ciento de ellos van a la Unión Europea. El retraso significa que los vehículos eléctricos británicos con baterías fabricadas fuera de Europa ya no enfrentarán aranceles de hasta el 10 por ciento a partir de tres semanas.
Los fabricantes de automóviles europeos habrían enfrentado golpes similares en sus ventas de automóviles a Gran Bretaña, un mercado importante. El retraso probablemente será visto como una victoria para el gobierno británico del primer ministro Rishi Sunak, que presionó a favor del cambio junto con la industria automovilística europea.
Antecedentes: Europa y Gran Bretaña no fabrican suficientes baterías.
La norma habría hecho prácticamente imposible que los automóviles fabricados en Gran Bretaña con baterías de Asia se importaran libres de aranceles a la Unión Europea.
Ni Gran Bretaña ni Europa están fabricando suficientes baterías para el creciente número de vehículos eléctricos que se espera que se produzcan en los próximos años. Las baterías son los componentes más caros de los vehículos eléctricos.
Las normas de origen local están diseñadas para disuadir a los fabricantes de automóviles de importar piezas costosas y fomentar la producción local. Pero esta regla habría sido contraproducente, argumentó la industria automotriz, al obligar a los consumidores a pagar más por muchos vehículos eléctricos. Esos precios más altos podrían haber abierto la puerta a los vehículos eléctricos de fuera de Europa, especialmente de China, cuyos fabricantes están produciendo modelos de bajo costo que han ganado terreno en Gran Bretaña.
Qué sucede después: Es hora de que la industria de las baterías “se ponga al día”.
La propuesta aún necesita el apoyo de los gobiernos de la Unión Europea. Los primeros indicios apuntan a que será bien recibido por la industria automovilística. Una extensión daría tiempo a “la industria europea de baterías para ponerse al día”, dijo el miércoles en un comunicado la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Motores, un grupo comercial británico.
Sefcovic también dijo que la Unión Europea planeaba proporcionar 3.000 millones de euros (3.250 millones de dólares) para fomentar la fabricación local de baterías.