El Día de Muertos es conocido en todo el mundo como una de las celebraciones más coloridas de México.
¿Es usted uno de los muchos que se preguntan por qué los mexicanos recuerdan a sus seres queridos con música, maquillaje y calaveras de azúcar, en lugar de un dolor sombrío? Bueno, esta festividad se trata de celebrar su vida y la oportunidad anual de recibir nuevamente a familiares, amigos y mascotas en casa.
La sabiduría popular dice que las personas mueren tres veces: cuando dan su último aliento, cuando son enterradas y cuando son olvidadas. Por eso el Día de Muertos es, para los mexicanos, una forma de mantener con vida a nuestros seres queridos.
Las ofrendas que realizamos en el Día de Muertos son evidencia de que los que aún estamos vivos seguimos recordando y celebrando una vida que alguna vez estuvo a nuestro lado, o que admiramos, y que aún vive en nuestros corazones.
Es un momento en el que los espíritus de los difuntos regresan para una visita terrenal, un momento en el que los reinos de los vivos y los muertos se reúnen.
Una forma de garantizar que reciban la cálida bienvenida que merecen es elaborar un altar sincero, conocido como “ofrenda” en México. Puedes dedicárselo a un familiar, un amigo, una querida mascota o tu artista favorito.
El altar está lleno de ofrendas (ofrendas) que simbolizan el amor y el recuerdo. Desde fotografías que capturan la esencia de un ser querido, hasta el aroma de sus platos favoritos, pasando por coloridas flores, altares se trata de crear un portal al pasado.
Las raíces del Día de Muertos se encuentran en las civilizaciones precolombinas que veían la muerte como parte del ciclo eterno de la vida: el duelo estaba mal visto porque mostraba una falta de fe. En su cosmovisión, los difuntos seguían siendo miembros integrales de la comunidad, perpetuados en la memoria y el espíritu. El rito religioso precolombino para honrar a los difuntos coincidía con la cosecha de maíz en el otoño, cuando las almas queridas se embarcaban en su regreso temporal al reino terrenal.
Los conquistadores españoles, a su llegada en el siglo XVI, introdujeron sus prácticas habituales para honrar a los difuntos, específicamente, el recuerdo marcado en el Día de Todos los Santos. Mientras buscaban convertir a los pueblos indígenas del Nuevo Mundo al cristianismo, se desarrolló una mezcla sincrética que finalmente dio origen a la festividad conocida como Día de Muertos, celebrada el 1 y 2 de noviembre.
Las costumbres y prácticas asociadas con esta festividad conllevan un profundo simbolismo y usted también puede encontrar consuelo al celebrar la vida de sus seres queridos. Se cree que montar un hermoso altar con sus fotografías y comidas favoritas les ayuda a encontrar el camino de regreso a su corazón y a su hogar durante esta festividad anual.
¿Interesado en participar en este ritual conmovedor?
Primero, asegúrate de incluir los cuatro elementos: agua, viento, tierra y fuego.
Agua en un cántaro para que los espíritus sacien su sed. Viento en forma de “papel picado”, papel de seda intrincadamente perforado que cuelga sobre el altar; cuando el papel se mueve, significa que el difunto está presente. La Tierra está representada por los alimentos, especialmente el pan dulce conocido como “pan de muerto”, para que las almas disfruten cuando lo visiten. El fuego está representado por velas para ayudar a los muertos a encontrar su camino desde el mundo de los espíritus.
Esto es lo que necesitas para montar un altar:
- Una mesa y cajas: Para crear los tres niveles que representan el cielo, la tierra y el inframundo.
- Manteles o telas coloridas: Cubiertos en los tres niveles.
- Calaveras de azúcar: Para representar la dulzura de la vida y la muerte.
- caléndulas (flores de cempasúchil): En macetas o floreros, además de pétalos esparcidos por todas partes.
- Incienso: Generalmente “copal»
- Papel picado: ingenioso papel de seda perforado que cuelga sobre el altar
- Un vaso de agua: Las almas tendrán sed de su camino
- Sal: Ayuda a purificar el alma en su camino de regreso al mundo espiritual y generalmente se coloca en cuencos de arcilla.
- Fotos de las personas a las que estás honrando.
- Sus comidas y bebidas favoritas, incluyendo tamales, chocolate, frutas y nueces.
- Recuerdos: sus joyas, juguetes, pasatiempos, libros favoritos, sombreros y artículos religiosos.
- Pan de muerto: El delicioso dulce que se disfruta en esta época del año
- Velas: Para iluminar el camino de entrada a tu hogar
El altar puede ser tan simple o complejo como quieras; no existe una forma correcta o incorrecta de hacerlo. Puedes empezar a montar el altar el día 25 de octubre, y empezar a encender las velas el día 28, ya que, según la tradición, es cuando empiezan a llegar las ánimas. Si espera recibir a su difunto mascotas, Se dice que llegarán un día antes, el 27 de octubre.
El Día de Muertos se celebra oficialmente el 2 de noviembre y algunas familias bajan el altar hasta siete días después.
El ritual de reunir y colocar estos objetos personales significativos y elementos tradicionales en honor a sus seres queridos fallecidos y reservarles un espacio en casa es parte de lo que hace que esta tradición sea tan curativa. Mientras se mantengan vivos en tu corazón, nunca desaparecerán.
Sandra es una escritora y traductora mexicana radicada en San Miguel de Allende que se especializa en salud mental y ayuda humanitaria. Ella cree en el poder del lenguaje para fomentar la compasión y la comprensión entre culturas. Se puede contactar con ella en: [email protected]