Los residentes del Valle del Mezquital, al norte de la Ciudad de México, rechazaron los planes de construir una planta de reciclaje que el gobierno había calificado como “un acto de justicia” para el estado de Hidalgo.
Menos del 9% de los votantes registrados participaron en el referéndum público del domingo pasado, en el que el 63% votó en contra del proyecto gubernamental del Parque de la Economía Circular. La presidenta Claudia Sheinbaum rápidamente anunció que su administración buscaría otro sitio para desarrollar la planta.
🗳️La #ConsultaCiudadana para el Parque Ecológico y de Reciclaje de Hidalgo, se llevó a cabo el día de hoy, domingo 14 de diciembre, para conocer la postura de los habitantes en las regiones de Tula, Atitalaquia y Tlaxcoapan:
🔗https://t.co/ovbZVNHfXQ pic.twitter.com/LC3Lh9Z1aZ— El Sol de Hidalgo (@ElSoldeHgo) 15 de diciembre de 2025
“Siempre respetaremos la voluntad del pueblo”, dijo el lunes, y agregó que “este referéndum reafirma la convicción democrática de la Cuarta Transformación, cuyo lema es ‘con el pueblo todo, sin el pueblo nada’”.
Con mucha fanfarria, Sheinbaum había anunciado planes para el primer Centro de Desarrollo de Economía Circular para el Bienestar en México (Podecibi) en septiembre, prometiendo eliminar gradualmente 450 tiraderos a cielo abierto, beneficiando a los más de 600.000 habitantes de los municipios hidalguenses de Tula de Allende, Atitalaquia y Tlaxcoapan.
Con el inicio previsto del desarrollo en enero, el gobierno federal había reservado 1.720 millones de pesos (95,7 millones de dólares) para el proyecto: 1.300 millones de pesos para una planta de reciclaje para reutilizar residuos sólidos y 420 millones de pesos para un parque ambiental.
Congreso aprobó nueva Ley General de Economía Circular el 10 de diciembre, como parte de un compromiso creciente para mantener los materiales y productos en circulación en lugar del enfoque tradicional de usar y desechar. Todo lo que se necesitaba entonces era la aprobación pública, preparando el terreno para el referéndum del domingo.
El Ministerio de Medio Ambiente y el gobierno estatal encabezó una agresiva campaña de “Vota Sí”, con anuncios que culpaban a gobiernos “neoliberales” anteriores por convertir la región de Tula-Atitalaquia en una “zona de sacrificio”, es decir, un área geográfica que sufre un daño ambiental desproporcionado debido a actividades industriales en beneficio económico de otros.
Y efectivamente, la región fue declarada zona de sacrificio en 2019 debido a los altos niveles de contaminación en el suelo, el aire y el agua provocados por la presencia de termoeléctricas, refinerías y más de 300 industrias.
Sin embargo, los opositores al proyecto criticaron al gobierno por falta de transparencia y afirmaron que la campaña de propaganda del gobierno era engañosa, enfatizando que las autoridades aún tenían que realizar un estudio de impacto ambiental como lo exige la ley.
Greenpeace México denunció anuncios que declaraban que aprobaba el plan y emitió un comunicado público diciendo que los representantes habían asistido a una reunión informativa pero nunca habían expresado su apoyo.
En una publicación en las redes sociales del 11 de diciembreGreenpeace México dijo que rechazaba el proyecto -que incluía la quema de desechos plásticos y llantas mediante un proceso conocido como pirólisis, que puede generar compuestos altamente tóxicos y desechos peligrosos- y criticó la falta del gobierno de incluir al público en el proceso de toma de decisiones.
Grupos ecologistas también criticaron la nueva ley de economía circulardiciendo que el Congreso dependía únicamente de las aportaciones de la industria, negándose a involucrar a la sociedad civil en el proceso de aprobación truncado que no incluía deliberaciones en los comités legislativos. Los activistas también denunciaron el hecho de que gran parte de la acción depende de la autorregulación dentro de la propia industria.
El domingo se pidió a los participantes responder a esta pregunta: “Toda persona tiene derecho a un ambiente saludable para su desarrollo y bienestar ¿Está de acuerdo con la construcción del Parque Ecológico y del Reciclaje en Hidalgo para ampliar las áreas verdes, reducir los botaderos de basura y disminuir la contaminación que generan?”
¿El resultado final? Casi dos tercios (63.1%) de las 12,259 personas que participaron votaron en contra del proyecto y los residentes de los municipios de Atitalaquia y Tlaxcoapan rechazaron abrumadoramente el plan.
con informes de El País y Animal Político
