El artista queretano Rubén Maya retornó a La Laguna. Lo hizo para inaugurar su más reciente exposición titulada Infra-Intervenciones Psico-Internas, donde el artista explora sus propias sombras a través de un grupo de instalaciones. La ceremonia, realizada en el marco del Festival del Mitote Lagunero, tuvo lugar el pasado viernes 14 de noviembre en el Canal de la Perla.
“Este proyecto surgió a raíz de una visita que hice a principios de este año, donde expuse en la Antigua Harinera. Estuvo el director de Cultura (Antonio Méndez Vigatá) y a partir de ahí se generó la invitación para el Festival del Mitote. Se escogió el lugar, lo visitamos en esas épocas cuando vine. Vi el lugar y vi que se adaptaba perfectamente”.
Rubén Maya trabaja sobre sombras; es un transeúnte que vaga por los lados más oscuros de la condición humana. Se basa en un concepto jungiano que habla sobre el tema y elabora una especie de retrospectiva, con piezas elaboradas en distintos años, desde 2003 hasta la fecha.
“Trabajo mucho sobre la parte psíquica del ser. Es decir, como es una cuestión de un túnel y yo trabajo infra en la intervención, entonces, conecta muy bien el sentido de la obra con el concepto. Pero el concepto tiene que ver prácticamente con trabajar la parte oscura del ser humano y todo lo que conlleva, desde los sentidos de acciones intrapsíquicas, transferencias, con todo lo que pueda ver en la oscuridad del ser humano”.
El creador queretano emplea el arte para generar cuestiones. También es una especie de escape, se desahoga al trabajar con este tipo de temáticas. Sus necesidades intrapsíquicas son expresadas a través de sus obras. Hay que visitar la exposición y adentrarse en esas sombras para entender bien de lo que habla.
“Para mí, la herramienta, como tú le llamas, el sentido de trabajar la instalación como una herramienta de expresión, siempre lo tengo en cuenta porque, definitivamente, intervenir el espacio con personajes, cambios de luz y actividad de sonido… porque en la instalación que realizo ahí son alrededor de 12 series y cada una tiene mínimo 10 personajes que intervienen en distintos espacios del túnel, en distintas luminosidades y todo. Lógicamente son una herramienta de proyección, tanto emotiva, como intelectual y psicointerna del espacio”.
Rubén Maya trata al Canal de la Perla como un cuerpo activo. Las distintas etapas históricas que tiene el túnel, le dieron al artista la inspiración para representar las etapas de la vida a través de la sombra.
“Por eso cada instalación activa una parte diferente del túnel, pero al mismo tiempo activa una parte diferente de quien lo mira, del espectador. Durante el recorrido, el espectador se va a dar idea e irá avanzando en cuanto a intensidad, de cómo se empieza con personajes con cuatro ojos, con cabezas saliendo de un mundo, luego otros que cuelgan del techo en forma de capullo, otros que son retratos de artistas con pies de niños, otros que son pies cabezas, niños transmutados. Luego llega a un punto donde ya cambia el ambiente y, con unas cortinas negras que evitan el paso de la luz, se cambia el ambiente a luz negra y entonces hay tres proyectos, tres series, donde hay niños en contorsión fluorescentes, con puntos […] luego viene una red de hilos con personajes, y ahí termina”.
